jueves, 30 de noviembre de 2017

Tipos de células nerviosas: células gliales



Existen dos grandes grupos de células nerviosas: las neuronas y las células gliales.

Células gliales:

Son las células más numerosas existentes en el sistema nervioso, aunque también las menos conocidas ya que su función principal es la de sostén, nutrición y mantenimiento homeostático de las neuronas. Además, es importante señalar que son las que guían ,durante el desarrollo embrionario, a cada neurona al lugar donde debe estar.

En el sistema nervioso central:

Astrocitos: regulan el flujo de sangre del cerebro y también la filtran, facilita la regeneración de las conexiones y regulan la comunicación entre las neuronas.
Oligodendrocitos: Producen mielina.
Microglía: encargadas de cuidar la salud de las neuronas, ya que tienen función fagocítica. También regeneradoras tras accidentes.
Células ependimarias: recubren ventrículos y médula espinal. Promueven circulación del líquido cefalorráquideo.
No olvidar que las células de Schwann
sólo las encontramos en el SNP


En el sistema nervioso periférico:

Células de Schwann: productor de mielina.
Células de Müller: soporte de las neuronas en la retina.
Células satélites: cubren los cuerpos neuronales en los ganglios del sistema nervioso periférico.





Curiosidad: La palabra glía viene del griego y significa pegamento.

martes, 21 de noviembre de 2017

Acromatopsia

La acromatopsia o ceguera al color es un síndrome poco frecuente, un caso extremo de daltonismo. 
Consistente, como su propio nombre indica en la incapacidad para ver colores. El mundo de estas personas es una gama de grises que va desde el blanco, hasta el negro, y aunque son capaces de diferenciar tonos, no distingues colores. La acromatopsia más frecuente se da por una alteración congénita del sistema visual, concretamente en los conos, células especializadas que tenemos en las retinas, encargadas de absorber ondas de luz  para "leer" los diferentes colores.
A priori puede parecer un síntoma sin importancia, sin gravedad, pero imagínate vivir en blanco y negro. 
El siguiente vídeo muestra a un niño con acromatopsia viendo colores por primera vez gracias a unas gafas que hacen la función de conos, filtrando las diversas ondas de luz.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Síndrome del Miembro Fantasma


                          ¿Puede doler algo que no existe?


Entre un 60 y un 80% de las personas a las que se les ha amputado algún miembro o parte de su cuerpo experimentan las sensaciones como si aún los tuvieran.
Estas sensaciones son descritas como calor u hormigueo, el problema puede llegar a parecer cuando provoca dolor. Un dolor fuerte y persistente, en un lugar del cuerpo que ya no está.

                                                         ¿Pero cómo es posible?

La respuesta la encontramos a nivel central, en el cerebro, y no en los nervios periféricos, como se suponía. El cerebro, y más concretamente su corteza, es como un mapa, en la que podemos localizar áreas específicas para cada parte de nuestro cuerpo. Estas áreas se encargan de mover (área motora) y de recibir la información sensorial (área somatoestática) de miembros específicos, como puede comprobarse en la imagen de la derecha.
Al amputar un miembro, éste desaparece, pero no su área correspondiente, por lo que al no recibir información, crea la más plausible. Incluso se ha llegado a encontrar que son las áreas colindantes las que transmiten dichas sensaciones.



miércoles, 15 de noviembre de 2017

Potencial de acción

Para entender cómo una neurona libera neurotransmisores necesitamos conocer el potencial de acción.
En la neurona, los neurotransmisores se concentran en el botón terminal (es la parte final del axón) para que puedan salir, debe producirse un potencial de acción, que no es otra cosa que un cambio de polarización intra y extracelular que se va dando sucesivamente a lo largo de toda la membrana.

La membrana celular en estado de reposo separa (gracias a su hidrofobia) el líquido intracelular, que tiene carga negativa y el extrecelular, de carga positiva.

Esta carga negativa y positiva es debida a la concentración de iones en cada una de las partes. 

Cuando recibe un estímulo muy fuerte, o varios estímulos pequeños pero suficientes, los canales de sodio regulados por voltaje se abren, y el sodio, acumulado fuera y deseando entrar, entra en tropel al interior de la neurona. Como sabemos el sodio es positivo, Na+, por lo que se produce la primera fase del potencial de acción: DESPOLARIZACIÓN.  Nos encontramos mucho sodio dentro, por lo que cambian las tornas y ahora es el interior lo que tiene carga positiva. Pero, también están los canales de potasio, que son más lentos, y cuando comienzan a abrirse, empiezan a salir los iones de potasio al exterior (el potasio también es positivo K+) bloqueándose los de sodio. Por este motivo se produce la segunda fase: REPOLARIZACIÓN.

Para volver a la normalidad, es decir, al potencial de la membrana o potencial de reposo, es necesario que los iones de sodio salgan y el potasio entre, esto se produce gracias a las bombas sodio-potasio. Estas bombas consiguen que cada ion vuelva a su lugar. Como tiene que "esforzarse" para ello pues la acción es contragradiente (es decir, que el ion tiende a hacer lo contrario, quedarse) gasta energía. No es una acción pasiva.

Esta explicación tan compleja y tan larga (y eso que nos hemos quedado cosas en el tintero) se produce en intervalos de tiempo cortísimos pues es la forma que tienen las neuronas de comunicarse entre ellas y con otro tipo de células.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Partes de una neurona II: Soma

Como ya sabemos, el soma es, por así decirlo, el cuerpo de la célula. Como toda célula eucariota contiene:

Núcleo: Aunque cada vez se van descubriendo más y más partes del mismo, lo que nos interesa saber es que es donde todo empieza. En el núcleo está contenida la información genética. Además también está el nucleolo que es esencial para transmitir dicha información a través de la síntesis de ribosomas.


jueves, 9 de noviembre de 2017

Phineas Gage



El accidente que tuvo Phineas Gage en 1984 fue un hito en la historia de la neuropsicología (y eso que ni siquiera existía como tal) Imaginad el panorama: Phineas trabajaba haciendo voladuras, en una de éstas, se produce una explosión no controlada y la barra de hierro le atraviesa desde debajo del ojo izquierdo hasta la parte superior del cráneo. Evidentemente sus compañeros creen que ha muerto. Pero no, lejos de eso, Phineas se levanta por su propio pie y no pierde la consciencia en ningún momento. Incluso habla. Flipad.

¿Qué tiene que ver la historia de este pobre hombre con la neuropsicología?

Pues que lo que se consideró un milagro médico, ya que físicamente se recuperó con cierta celeridad, pasado el tiempo se descubrieron que su personalidad había cambiado. Era la prueba fehaciente, la primera documentada de la historia, de que existe relación entre el comportamiento y el cerebro, más concretamente con los lóbulos frontales. Phineas, un hombre trabajador y responsable, se convierte tras el accidente en un hombre impulsivo, variable y pendenciero. No consigue mantener ningún trabajo ni preveer las consecuencias de sus actos. Ahora sabemos que quedaron dañadas las estructuras que controlan las funciones ejecutivas, que son habilidades cognitivas superiores que nos ayudan a planificar, inhibir conductas y anticipar, entre otras cosas. Gracias a su desgracia los lóbulos frontales empezaron a cobrar relevancia, pues hasta la fecha se pensaba que eran órganos sin función. Que estaban ahí por que sí. Pero no, es lo que nos hace un poco más humanos. Y si no, que se lo digan a Phineas.